Desde nuestra perspectiva de Atención Integral y ya que nos encontramos frente a una Enfermedad Familiar, entendemos que el tratamiento incluye tanto a la persona enferma como a su familia y cuidador principal puesto que, en la mayoría de los casos, son estos quien prestarán los cuidados diarios a la persona afectada en el largo proceso de la enfermedad.
Los objetivos que se pretenden con la intervención son, entre otros:
Actualmente no existe ningún tratamiento que pueda curar la enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, en algunas personas, medicamentos como los inhibidores de la colinesterasa pueden prevenir el empeoramiento de algunos síntomas durante un tiempo limitado.
Existen algunas medidas no farmacológicas que pueden ayudar a la persona enferma de Alzheimer a retrasar lo inevitable. Muchas de estas medidas han demostrado contribuir a mejorar la situación vital, frenar el deterioro progresivo, y ayudan a superar las dificultades con las que diariamente se enfrenta.
La atención integral debe comprender también la atención al cuidador de la persona enferma. Cuanta menos “carga” soporta éste último o cuanto más se pueda sobreponer a ella, la situación del enfermo será mejor tanto en su calidad de vida como en su capacidad para responder a estímulos positivos o a tratamiento.