
“Tu madre tiene deterioro cognitivo tipo Alzheimer”
Salimos de la consulta del neurólogo. Me quedé parada unos pocos segundos con ganas de volver a entrar para preguntarle mil cosas y ninguna al mismo tiempo. Tampoco tenía mucha idea de lo que significaba ese diagnóstico.
Comencé esta andadura informándome por internet, sobre la enfermedad en particular y sobre organizaciones especializadas. Así conocí las asociaciones de familiares y, a través de mi prima Chusa, a AFA Las Rozas. Contactar con ellos fue fundamental para emprender un camino desconocido, difícil de gestionar y que tiene un gran coste emocional, familiar y económico, indudablemente.
En mi caso, que soy cuidadora principal, quiero destacar varios aspectos que me han ayudado -y ayudan- mucho: apoyo familiar (os adoro, chic@s) y formación.
No es fácil enfrentarse a una situación diferente cada día, o a la misma una y otra vez en bucle, día tras día. Conductas sorprendentes, gritos, acusaciones, falta de empatía… Normalmente la persona más cercana al enfermo es el objetivo de las inseguridades y de los brotes más agresivos.
Emocionalmente es un período muy duro y es necesario prepararse. Por eso considero imprescindible formarse y compartir experiencias. Nos ayudará a sentirnos apoyados, a seguir luchando, a ser más comprensivos, a utilizar pequeños trucos que pueden facilitar la solución a situaciones complicadas que otros ya han vivido. A saber en qué fase estamos de la enfermedad y tratar de anticipar lo que viene por delante. Importantísimo conocer la mejor manera de afrontar la convivencia con personas que nos dan su cariño para siempre, pero que se van yendo poco a poco.
Diana, voluntaria de AFA
¿Y cuidar al cuidador? Es es nuestra labor como amigos y familiares. Me pongo a ello Diana. 😉